Tonazin, Tikin y Xauhqui

LAS DIOSAS DEL MEZCAL

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CONOCE LA HISTORIA

EL ORIGEN DE DIAMANTE IX

Hace mucho tiempo, en las tierras de Oaxaca, México, existían tres diosas que protegían el mezcal, una bebida sagrada hecha de agave. Ellas eran Tonazin, Tikin y Xauhqui, las Diosas del Mezcal.

3 DIOSAS

TRADICIÓN DE ORIGEN

Tonazin

La diosa de la fertilidad y la madre de los dioses. Ella tenía el poder de hacer crecer el agave y darle vida a la tierra. Su mezcal era dulce y suave, como una caricia.

Tikin

La diosa de los ciclos naturales y la curación. Ella tenía el poder de controlar el clima y sanar las heridas. Su mezcal era fresco y aromático, como una brisa.

Xauhqui

La diosa de la luna y la guerra. Ella tenía el poder de iluminar la noche y combatir el mal. Su mezcal era fuerte y misterioso, como un hechizo.

ESCUCHA LA HISTORIA

Las Diosas del Mezcal

Las tres diosas vivían en armonía con los humanos, que les rendían culto y les ofrecían mezcal como ofrenda. Los humanos les brindaban poder por medio de sus emociones, su bondad, su fuerza, su energía, su espíritu y su pureza, ya que estos elementos estaban también presentes en el mezcal. Así mismo, la humanidad debía creer en ellas para unir todos estos elementos y brindarles un gran poder a las Diosas del Mezcal.

Pero un día, un enemigo oscuro y poderoso llegó a Oaxaca. Era un dios corrupto que deseaba extinguir el mezcal tradicional y orgánico, y reemplazarlo por uno artificial y dañino. Su nombre era Tezcatlipoca, el dios del espejo humeante.

Tezcatlipoca odiaba el mezcal porque le recordaba su propia debilidad y su derrota ante Quetzalcóatl, el dios de la sabiduría y el viento. Quetzalcóatl le había arrancado un pie con una trampa de agave, y le había arrebatado el trono de Tollan, la ciudad sagrada.

Tezcatlipoca quería vengarse de Quetzalcóatl y de todos los que lo adoraban. Por eso, se propuso destruir el mezcal, que era uno de los regalos de Quetzalcóatl a los humanos.

Tezcatlipoca se disfrazó de comerciante y empezó a vender un mezcal falso y barato, hecho con químicos y aditivos. Muchos humanos se dejaron engañar por su precio y su sabor, sin saber que ese mezcal los enfermaba y los alejaba de las diosas.

Las Diosas del Mezcal se dieron cuenta del plan de Tezcatlipoca y decidieron enfrentarlo. Ellas sabían que no podían hacerlo solas, pues necesitaban el apoyo de los humanos para fortalecerse.

Así que buscaron a tres humanos que fueran dignos de su confianza y que tuvieran una conexión especial con el mezcal. Estos eran:

• Juan, un joven campesino que cultivaba agave con amor y respeto.

• María, una anciana curandera que usaba el mezcal para sanar a los enfermos.

• Pedro, un valiente guerrero que defendía a su pueblo de los invasores.

Las diosas se les aparecieron en sueños y les pidieron que las ayudaran a salvar el mezcal. Los tres aceptaron sin dudar y se convirtieron en sus aliados.

Juan se encargó de sembrar más agave y de enseñar a los demás cómo cuidarlo.

María se encargó de curar a los que habían tomado el mezcal falso y de advertirles del peligro.

Pedro se encargó de luchar contra los secuaces de Tezcatlipoca y de proteger a las diosas.

Gracias al trabajo de los tres humanos, muchos otros se unieron a la causa y empezaron a creer de nuevo en las Diosas del Mezcal. El poder de las diosas se incrementó y se prepararon para el enfrentamiento final.

Tezcatlipoca se enteró de la rebelión y se enfureció. Él decidió atacar a las diosas en su propio templo, donde guardaban el mezcal sagrado.

Las diosas lo esperaron con valentía, acompañadas de Juan, María y Pedro. Tezcatlipoca llegó con un ejército de sombras y lanzó un rayo de fuego contra el templo.

Las diosas usaron sus poderes para crear un escudo de luz que protegió el templo y el mezcal. Luego, cada una atacó a Tezcatlipoca con su mezcal.

Tonazin le arrojó una lluvia de agave que lo quemó y lo hizo gritar. Tikin le sopló un viento helado que lo congeló y lo hizo temblar. Xauhqui le lanzó una luna llena que lo cegó y lo hizo caer.

Tezcatlipoca estaba herido y debilitado, pero no se rendía. Él intentó escapar, pero las diosas lo persiguieron y lo atraparon.

Las diosas decidieron encerrarlo en una vasija de barro negro, que era el material más resistente y sagrado que conocían. Ellas sellaron la vasija con su mezcal y la enterraron en lo más profundo de la tierra.

Así fue como las Diosas del Mezcal vencieron a Tezcatlipoca y salvaron el mezcal tradicional y orgánico. Ellas agradecieron a los humanos por su ayuda y les prometieron protegerlos siempre.

Juan, María y Pedro se convirtieron en los guardianes del mezcal y se encargaron de distribuirlo por el mundo. Ellos contaron la historia de las Diosas del Mezcal a todos los que quisieran escucharla, y así se mantuvo viva la fe y la tradición.

Y dicen que, si tomas un trago de mezcal con respeto y devoción, podrás sentir la presencia de las Diosas del Mezcal, que te bendecirán con su poder, su magia, su fuerza, mística, divinidad y belleza.